Entradas

XI Crónicas malasia de Mister Cool Uncle

Imagen
Nos levantamos  a las nueve en el lujoso apartamento con una panorámica excelente de la ciudad, gracias a las inmensas cristaleras que suelen tener los rascacielos. Panorámica desde el hotel Tras acicalarnos, fuimos a almorzar en una moderna y elegante fleca, construida en el interior de un chalet que bien podría despertar la envidia de cualquier ciudad próspera de Occidente. Luego tomamos un taxi para que nos dejara en el  Batu Cave , localizada a unos 13 kilómetros del centro. Era una inmensa cueva  en el interior de una colina de caliza, repleta de templos hindúes. El acceso se realizaba por la fotogénica escalera multicolor que tanta personas habían inmortalizados en fotografías. Entrada a Batu Cave Los monos pululaban como si estuvieran en plena selva paradisíaca sin depredadores, familiarizados con la gente. No solían temernos, pero si alguno se pasaba    de listo, como intentar tocarlos o dejar alimentos a su vista, no titubeaban en reaccionar con agresiv...

X Crónicas malasias de Mister Cool Uncle

Imagen
Envié un mensaje a la mujer que me vendió los billetes del ferri  — de ida y vuelta a la península malaya — para que nos pasaran a recoger en el muelle flotante de nuestro alojamiento. Pero después de tres llamadas de la tripulación y no lograr entendernos, el barco prosiguió su camino sin parar en nuestro muelle. De nada sirvió colocarnos al final del muelle. Se fue sin nosotros. Al final, optamos por ir al  muelle del  Fishing Village , donde la vida bullía con mayor intensidad. Allí, uno de los barqueros, con gesto amable y paciencia de santo, se convirtió en nuestro salvador. Pero el daño ya estaba hecho: el primer autobús rumbo a Kuala Lumpur se nos escapaba entre los dedos como arena blanca, cálida y traicionera. El hombre nos ayudó a comunicarnos con el barquero que nos había dejado en tierra, mientras lo observábamos, atónitos, menguar rápidamente en el horizonte. Su embarcación dibujaba una estela  blanquecina y  espumosa que se desvanecía lentamente, u...

Millonésima representación del instinto ( y no última)

Imagen
Sugerente y desvaído, cual fantasmagórico roce produce en mi espíritu trémulo. Cuando estoy ido, por ósculos sibilinos... Que desenvainan para punzar, para cazar, para temblar: Ora sintiendo, ora sufriendo. Y dirán, esos besos ennegrecidos: ¿Me ves, o no me ves? Cuestión de honor o cuestión de amor. ¿Me ves, o no me ves? Cuestión de fe, afirmará el trovador. ¡Ay, instinto! Perverso don del hombre -lagrimearé, martirizado-. Cubriendo de lágrimas mi odre, que ya no rebosará vino tinto. ¡Y que no vuelque! ¡Que no vuelque! Y anegue cuencas vacías. Y culparé, sugerente y desvaído, con ósculos sibilinos, a quien sea su receptora. Y gritaré: Tú, que divides y separas. Tú, que unes y que enlazas. ¿Por qué avivas de nuevo mi fuego moribundo? ¿No ves, acaso, mi adiós prematuro, mi adiós definitivo? ¿Qué quieres de mí, retorcido Cupido? Atormenta a otros y déjame dormir. ¡Que tengo sueño! ¡Que no tengo ganas de sufrir!

Punk, muy punk en Bilbao, pasado los 50

Imagen
13 de septiembre de 2025 La juventud se ha esfumado. Con ella, supuestamente, los mejores momentos de la existencia de todo ser vivo. Aunque, siendo sinceros —si en este mundo se puede ser sinceros—, puede que ni siquiera hayan sido tan buenos para la mayoría. Pero qué coño, estamos vivos. Y esta noche, a pesar de los achaques, más feos que nunca y luciendo cuerpos amorfos, todos acabaremos gritando como adolescentes, sintiéndonos supervivientes en una vida de mierda que, con sarcasmo e ironía, se lleva mucho mejor. ¡Qué mejor chute de inmortalidad que este! Y no esos telómeros salerosos que ya tenemos menguados, y que algunos científicos están obsesionados con mantener igual de vigorosos que antaño . Así lo enseñó el vejestorio cantante que saldrá al escenario en unas horas. Ese hombre, nacido en Tui, Galicia, y criado en Salvatierra, se ha convertido en una especie de maestro que incomoda a los aburguesados, pero señala el camino a los perdedores como un faro gallego en el saliente d...

IX Crónicas malasias de Mister Cool Uncle

Imagen
Mi sobrina me insistió varias veces la tarde anterior para que hiciera un tour con ellos aquella mañana, pero mi piel, incandescentemente ardiente como una gamba roja en las zonas que habían quedado expuestas el día anterior — los brazos, los hombros y algunas partes de la espalda que el chaleco salvavidas no logró proteger — no tenía ganas de volver a sufrir las consecuencias de los rayos ultravioletas. Total que, esa mañana nuestros intereses divergieron: ellos se fueron a hacer un tour y yo opté para recorrer a pie la isla. Ya nos rencontraríamos al atardecer con anécdotas que contar por ambas partes. Mezquita de la islas de Perhentians Tomé mi pequeña mochila de cuatro euros de Decathlon y me dirigí  hacía  la mezquita, cruzando la exótica rambla del pueblo. La moderna mezquita, desproporcionalmente grande en comparación con el pequeño pueblo, se adentraba en el mar desafiando su fuerza, sostenida por valerosas columnas. Creaba una imagen majestuosa, con formas geométricas...

VIII Crónicas malasias de Mister Cool Uncle

Imagen
Las islas bonitas y sus arrecifes Tomamos un lancha rápida en el puerto de Kuala Besut. Los billetes de ida y vuelta los habíamos comprado el día anterior en una  pequeña oficina ubicada en la estación de autobuses, donde un gato doméstico ronroneaba bajo mis caricias mientras realizaba la compra. El muelle estaba repleto de turistas, y no sé si era para evitar no pagar la ecotasa que se abonaba en el mismo puerto o simplemente  las ganas de disfrutar de las islas. El caso es que, si se partía temprano, uno podía  ahorrarse las tasas turísticas de acceso a las Islas Perhentians . Tal vez causa principal  fuera un funcionario demasiado perezoso para  madrugar, pero, desde luego, estaban perdiendo bastantes ingresos, y n es probable que esa situación anómala no durara mucho en el tiempo. De todas maneras,  el precio no era abusivo: 30 MYR. En las Islas Perhentians — dos islas:  Kecil y Besar — no había carreteras .  Solo unas pocas motocicletas las...

VII Crónicas malasias de Mister Cool Uncle

Imagen
Parangones meridionalmente opuestos Tomamos un Grab a las 06: 30h para ir a la estación  de autobuses de Kuala Lumpur , aliviados por dejar atrás aquel cuchitril sideral donde pasamos varias horas de descanso antes de continuar nuestro viaje, a pesar  de que las brumosas nubes del sueño permanecía en nuestras aletargadas mentes. La terminal KL Sentral era el nudo de comunicaciones más importante de Malasia . Un edificio moderno, amplio y luminoso, siempre lleno de vida, cuya atmósfera evocaba  la de un aeropuerto, con su sala de salidas, megafonía y puertas de embarque. Su belleza funcional y su diseño pragmático no tenían parangón en España, donde muchas estaciones eran lamentos agónicos de estructuras palidecientes . Las autoridades, por lo general, habían hecho pocos esfuerzos por mantener adecuadamente estas instalaciones. Tal vez porque la mayoría de la población se desplaza en vehículos particulares. Sin embargo, en plena lucha climática, resulta curioso que se inst...